Loreto B. Gala
- 23 sept 2020
- 7 min.
En búsqueda de la pausa,
la ecología y el respeto.
El mundo ha sido diseñado para vivirlo de manera natural. Vivimos para co-existir con nuestro entorno, no para destruirlo. Cuanto más orgánicos vivimos, más experimentamos esta co-existencia y más felices somos. La naturaleza es un regalo que se nos ha dado y nosotros hemos de saber apreciarla y cuidarla.
"Uno de nuestros lugares favoritos en Hamburgo era el puerto. Me fascinaba ver las siluetas de las grúas trabajando para los contenedores gigantes. Podía imaginarme viviendo entre los canales y las casas de ladrillo y respirar el agotamiento de una ciudad que parecía no descansar nunca.
Hace unos días estuvimos allí, mirando los contenedores de Hamburg Sud, las pesadas construcciones de metal azul y rojo y el humo denso de sus chimeneas que se mezclaban con las nubes de la ciudad. Luego de varios años sin verlo, me pareció un cuadro desolador.
Pasivamente, estábamos presenciando un desastre natural. Cómo es posible que alguna vez me gustara ver eso?
Me alivia tanto haber tenido un despertar hacia la naturaleza y devolverle la mano por tanto destrozo.
Llevar un tipo de vida sostenible como el austerismo, el consumo responsable, elegir tiempo y calidad sobre cantidad, dejar de consumir plástico y encontrar la manera de reducir la basura que yo genero... es una elección de vida que no solo me da satisfacción y momentos de felicidad, sino que a demás es la mejor manera de dar las gracias."